Teniendo tantos caminos por elegir, decidió hacernos feliz a nosotros con cada parada.
Podía elegir muchos caminos en los que, tal vez, ganaría más dinero, pero, nunca ganaría tanto cariño como el que tiene con éste.
Siendo humilde, con los mismos sentimientos se ha ganado miles de sonrisas.
Creyéndose no famoso ha alcanzado hacernos llorar.
Para los que seguimos su carrera como a la comida sabemos que es el mismo chaval que llamaba al pintor y le daba el número de la casa de su abuela.
Es Casillas, la persona más humilde de este mundo, el mejor sin defectos.
GRACIAS CAPI.
